MENSAJE DE JESÚS Y MARÍA
Morroa, Sucre, Colombia 07 Junio de 2002
Dice Jesús:
“Buenas tardes… Bendecimos este hogar, bendecimos este hogar con el poder nuestro para la salud, para la luz, para la claridad del negocio, del trabajo, para toda luz, para todo entendimiento que se encuentre ocupado, yo Jesús tomo todas estas mentes y las libro de todas las perversidades, las limpio y las sano para que sigan adelante el buen camino de claridad, el camino abierto, el camino que conduce a la salvación y a la vida, el camino que da la paz y da la tranquilidad.
En estos momentos yo Jesús digo: Tomad, tomad todo poder, tomad toda fuerza, tomad todo amor, lucha contra el pecado, lucha contra las perversidades, para que así todo sea bienvenido al hogar, a la familia, a los hijos todos, al esposo y así todo sea bendición de Dios.
Yo Jesús bendigo y digo: Estos momentos la lucha hay que seguir para cada persona que me ame y me crea conveniente para entrar a su corazón, que me llame, que me busque, ¡que me reciba! Si verdaderamente me ama, que yo entraré en él con amor, con fe, con toda la dulzura que debo darle a nuestros hermanos para que así siga el buen camino y el buen día. Que pasen una buena tarde y una feliz noche. En el nombre nuestro os bendigo este hogar, en el nombre nuestro bendigo estos rosarios. Amén”.
Dice María:
“Buenas tardes …Te doy gracias por tus ocupaciones y por las fuerzas que has tenido para seguir adelante con nosotros, para luchar, para seguir luchando en este día y siempre la religión nuestra, la Religión Católica, la verdadera religión la que amamos y la que deben de amar ustedes “hijos de María”. Todos los hijos de María del verdadero Hijo que quieran, que me amen, que me veneren están servidos con mi presencia aquí, en sus hogares y en todas partes.
María es la madre de Jesús y es la madre de todos los hombres en el mundo entero. Por eso luchamos, luchamos contra el problema de la vida, contra la lucha del hombre que va llevando una mengua a la muerte y están desprotegidos de la bendición nuestra y de la bendición del Padre y la bendición de Jesús y la del Espíritu Santo, por que han dejado por detrás nuestros nombres y nuestras presencias. Porque la presencia de nosotros todas en los corazones de cada ser humano, en el alma de cada persona que sienta amor sienta fe, esos son nuestros hijos y somos nosotros en ellos, aquellos que verdaderamente buscan nuestra ayuda, buscan a nuestro Padre, buscan a nuestro Hijo y al Espíritu Santo; así que sigan todos en adelante buscando este camino oscuro que todavía a la vista está oscurecido, no está en presencia del hombre, porque el hombre ha oscurecido sus caminos, ellos mismos han tenido espinas para seguir adelante, han atravesado muchas espinas en sus almas, en sus corazones, en sus vidas, principalmente en sus mentes y esa es una de las primeras oportunidades que deben tener libres: la mente, porque es la más importante del hombre, como el espíritu, porque es seguidor del cuerpo; así que en todo caso ustedes hijos que me crean verdaderamente como sí fuera la madre de todos los hombres de la Tierra “¡pues búsquenme que yo sirvo!”, porque yo a todos los hombres los quiero y los amo como amar a mi Dios Padre y amar al Hijo y al Espíritu Santo a pesar de que soy la madre nuestra de Jesús, pero también tengo que seguir sus caminos como ellos me piden, y yo también impongo en ellos pues toda la fuerza que pueda para que todo vaya marchando a la par de lo que se pueda seguir, de lo que uno crea conveniente para que todo sea en bendición de todos los hijos de la Tierra.
Y ahora en estos momentos pidámosle al Padre, que les de luz, les de amor, que les de seguimiento a todos sus hermanos que están ocultos, que están oprimidos en la oscuridad, que no se ven ¿por qué?, porque están ocultos bajo el pecado, bajo una sombra que los oscurece y que no los deja salir a la claridad, entonces, pidamos por ellos para que también la luz del Espíritu Santo los ilumine y les de claridad entera, para que ellos puedan salir de esa oscuridad horrible y espantosa que guarda los corazones de aquellos hombres que están sobre la lucha perversa del otro hijo que vive tranquilo y que no quieren tener para ellos la paz y la tranquilidad. Queremos la paz y la tranquilidad para el mundo entero, roguemos, es decir para todos: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que todo esto en boca de los hijos verdaderos, pues se aclame, para que aquí en este país de Colombia actualmente viva la paz y no solamente en este país, en el mundo entero, porque estamos muy heridos, estamos muy adoloridos, no queremos guerra, queremos paz, queremos que todo salga a flote de la luz del día y del amor y de la fe de todos nosotros en la Tierra, en el aire y en todas partes; en los corazones de los hombres primeramente, en los corazones que están verdaderamente oscuros y que ellos reciban la claridad del Espíritu Santo.
En estos momentos vamos a bendecir estas imágenes para que así les queden benditas en los hogares y ellos pues también para apartar mucho problema contrarios sobre los hogares, Dios bendiga, Hijo y Espíritu Santo, sean fortificados para la sanación de los hogares, bendecimos a toda la familia, a los hogares… Amén. Que pasen una feliz tarde y una feliz noche”.
Autora: Elvira García Merlano
Autora: Elvira García Merlano
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